Publicado el 12 de Abril de 2010
Por Ana Sofía Rey
(CbaNoticias) Ismael “Pepe” Clavero acaba de publicar su primera novela: El ángel del regreso. Es la historia de un chico de La Calera que es enviado a la guerra de Malvinas y a la vuelta debe luchar contra las secuelas del conflicto. Para superar esa crisis deberá recurrir a seres celestiales que lo ayudarán a ganar la batalla contra el desmoronamiento interior.
Entre mate y mate, la conversación transcurre en el living del escritor. Es un lugar pequeño, donde hay una PC, un gran cuadro de Jesucristo y una pequeña imagen de un ser iluminado cuya identidad no alcanzo a discernir. Desde allí se ve la terraza, territorio de plantas y llamadores de ángeles.
Ismael cuenta que su pasión por la literatura viene desde sexto grado. Por entonces, “tenía una maestra que me hacía hacer redacciones en las que siempre me ponía diez”, cuenta.
A pesar de que esta es su primera novela, el escritor, ya ha cuenta con dos publicaciones en su haber: un libro de cuentos y uno de poesías. Según el autor, la idea de El ángel del regreso surge de un personaje de su pueblo. “En Villa Dolores había un muchacho, un ex combatiente que quedó traumado, autista, mirando la pared. No sé cómo estará ese muchacho ahora, hace diez años que no voy para allá, sólo me quedó su recuerdo”. Por otra parte, el hecho de que esté situada en la Calera, tiene que ver con que Clavero pasó un año de su vida allí.
–Las primeras hojas de la novela cuentan de una leyenda comechingón…
–La zona nuestra de Villa Dolores es una zona de muchas leyendas y hay leyendas que son como inéditas o sea que ningún escritor las ha tomado. Las vas escuchando de tus abuelos y las vas uniendo con tu historia de ficción. Ese es el estilo mío, yo entrelazo esas cosas.
–Lo que me llama es que en esa leyenda aparezcan ángeles, algo de la tradición cristiana. ¿El relato es así o ese cruce lo hiciste vos?
–Los aborígenes creían en los seres de luz. Nosotros desde el cristianismo le hemos dado la versión de las alas. Ellos creían en la divina madre que era la Pachamama y para el cristianismo es la Virgen María. Yo uní las dos cosas porque para mí no hay división entre la Pachamama y María es lo mismo, uno es el cuerpo y uno es el espíritu, para mi creencia. Es como que María es una encarnación del Espíritu de la Tierra, una manifestación.
–¿Los aborígenes tenían sus ángeles?
–Tenían sus ángeles y sus dioses. Como el dios sol que era como el hombre blanco que se les aparecía, se manifestaba. Y también tenían sus guerras espirituales. Es una raza muy misteriosa los comechingones porque casi no quedó nada de ellos. Bueno quedaron los genes, dicen que el treinta por ciento de los cordobeses los tenemos. En Traslasierra quedó un poco más de esa cultura porque fue un lugar muy aislado antes de que se hiciera el camino de las altas cumbres. Entonces pasó que esa zona se crió más pura. Preservó mucho de esas tradiciones de los indios, de las brujas.
–En lo personal, ¿creés en los ángeles?
–Yo creo que existe un mundo que está más allá de nuestra percepción. Quizá es que no estamos entrenados para percibirlo. En determinado momento las personas sí lo pueden percibir o sentir, porque a veces las personas lo sienten en su corazón. En momentos de angustias o que están pasando un trance muy grande invocan ese poder y ese poder aparece. Están en contacto con nosotros. Pasa que los ángeles siempre viven en el presente, mientras que nosotros siempre estamos en el pasado o en el futuro. Y el presente es tan fugaz, hacés un chasquido de dedos y ya pasó. Lo que he notado es que siempre la gente se ha dado cuenta de la presencia de los ángeles después de que pasaron por sus vidas. Dicen: “Pero si era un ángel” y cuando lo quieren buscar ya no estaba más, se desvaneció. Y por eso es difícil atraparlo.
–Quizá estén encarnados en algunas personas.
–Sí, yo siempre pienso que hay personas que son como angelicales. He visto chicos que tienen discapacidades y son como ángeles. Lo he tratado a ese tema en un cuento que tengo en mi segundo libro. En un cuento que se llama “El puente” que habla de un caso que le sucede a un obispo.
–¿Qué buscás vos con tu literatura?
–Busco dejar un mensaje de autosuperación, del triunfo de lo milagroso en la persona. Hay muchos ejemplos de gente que ha podido vencer sus debilidades a través de ayudas celestiales pero todo se genera en uno. Es como que todo nace de tu corazón.
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