“TU ROSTRO EN MIS MANOS”
He necesitado hasta lo intolerable, de muchas verdades como de tantas mentiras.
Morirme en mi mismo para verme nacer alas.
Desatar los nudos de mis tripas, cancelar citas con el mundo y postergar bodas para esperarte.
Pero heme aquí, al rayo de tantos soles, mojado en interminables lluvias; unas las rociaron las nubes, otras mis cuencas saladas.
Y el ramo que te ofrendí pereció en desolación, en esta oscuridad que canceló mi Fe, que me abatió por dentro.
Quise en alas del placer contentar mi desconsuelo.
Aspirar flores nuevas del jardín que se desvanecieron en segundos.
Mas luego solo, sin citas, sin bodas ni fiestas; sólo mi propio funeral, que me sepultó en lo que creí ser y que no era.
Y el sabor a sangre en mi boca mordida de impotencia, me supo a alas trizadas con revuelo de plumas.
Perdido en el hueco que cavé con mis males, ¡ te he llamado!
¡Con mil nombres te he invocado!
Desconocidas calles me vieron buscándote, unas sollozando, otras riendo de mi candidez.
Hasta que vencido, aniquilado de esperas, caí de rodillas, y al mirar mi rostro entre las manos ¡Por fin hallé el tuyo!
(Poema de Ismael Clavero, perteneciente al libro “El sol Interior”)